A casi 2 meses de que inició la cuarentena el contacto con la gente se siente muy lejano. La tecnología ayuda y nos demuestra que ya no es imprescindible estar en el mismo lugar para poder reunirnos, aprender, é incluso tomar decisiones en grupos.
Juntas burocráticas, clases en línea, pedas con amigos de la secundaria, en mayo del 2020* prácticamente todas las relaciones son a través de la pantalla. Y aunque, sin duda, juntarte con tus amigos a tomar en zoom hace que te sientas acompañado, no logra que te dejes de sentir solo. Llámenlo energía, vibra, ó espíritu, pero hay algo que no te puede dar una relación de pantalla.
Y es quizá por eso que un buen retrato es tan difícil de realizar. Porque implica capturar la esencia de una persona en 2 dimensiones. Es una mirada o un gesto donde la persona se pueda reconocer. Es un pedazo de papel ó pantalla que puede hacernos sentir que alguien está con nosotros.
Hoy por hoy lo que más quiero hacer es documentar gente que me parece interesante y está a mi alrededor. Lo que presentamos a continuación es producto de la segunda sesión de Retratos & tonic. Fotografías que tomamos en octubre del 2019 con algunos amigxs que vinieron a compartir unas ginebras mientras les hacía unos retratos.
Un dato interesante es que la mayoría son vatos a los que nunca les habían hecho fotos formales. Todos sabemos que en México (occidente en general) existe esa creencia de que los hombres no debemos preocuparnos por nuestro aspecto ó hacer cosas “vanidosas”, como ir a tomarnos fotos. Y todos sabemos, también, que ese pensamiento es una mierda, así que ustedes busquen quien les puede hacer unos buenos retratos y por lo que más quieran lávense antes la cara.
R.
*PD – Este texto lo escribí a finales de mayo cuando llevaba prácticamente 2 meses sin reunirme con nadie, y aunque al día de hoy seguimos tratando de entender como debe funcionar el mundo, el sentimiento es el mismo: no quiero salir de casa si no es a la playa ó a comer hot cakes con mis amigos.
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